A mi manera

Establecer un hilo conductor común, que sea el sello del trabajo de un CIO, cualquiera sea la empresa o industria en la que se desempeñe no es fácil. Cada compañía, incluso si pertenecen a la misma industria, tiene sus particularidades, propias de una organización que, al ser formada por personas, está en permanente cambio tanto en su cultura organizacional como en sus procesos, sobre todo en la actualidad en que el entorno exige una adaptación a él, rápida y constante.

Así las cosas, a lo largo de mi vida laboral he ido encontrando aspectos que deben ser cuidados e incrementados, en cuanto a la dirección y liderazgo de nuestros equipos, que debemos realizar, y que deben ser parte de las buenas prácticas de un CIO.

1. Escucha a tu Usuario (Cliente)

Se debe ser siempre “el mejor amigo” de las personas a las cuales les estás dando el servicio. Sobre todo porque el espécimen llamado “Usuario” tiende a llegar a nosotros con una solución en mente que, en mi experiencia, habitualmente no es lo que realmente necesita. Hay que buscar debajo de todo lo que dice cuál es su verdadera necesidad y encontrar la forma de satisfacerla de la manera más ágil, simple y concreta posible.

He puesto algún comentario más acerca de esto en el artículo “Primero lo primero” (click aquí)

Siempre hay que tener en mente que la “Experiencia de Usuario” (UX) no se debe referir sólo al producto final que se le puede entregar, sino que al proceso completo que va desde el primer contacto hasta la satisfacción de su necesidad. En este sentido es útil pensar en ellos como nuestros Clientes, tal cual como si nosotros fuéramos una consultora y necesitamos que ellos nos compren la solución que estamos dando.

2. Lo importante es el negocio (información) NO la Tecnología

¿Le hablarías por teléfono a una persona que está sentada al lado tuyo?

Supongo que no (aunque alguna vez si lo vi hacer). Es mucho más efectivo darse vuelta y hablarle directamente de la forma tradicional y análoga, mirándole a la cara.

¿Y si está un pasillo más allá? ¿Y si está más lejos?… lo más probable es que la respuesta ya sea “depende” y entren a relucir distintas variables como la inmediatez con que se necesita la respuesta, si es posible desplazarnos o no de lugar, e incluso factores climáticos para decidir en qué momentos se hace necesario el uso de la tecnología (teléfono).

Lo importante es que la tecnología que se elija esté en función de las necesidades que se deben resolver y para eso hay que tener claro algo que nos cuesta mucho asumir: La tecnología no es el fin de nuestra función, es sólo la herramienta.

Y es en este sentido que en los últimos años se ha avanzado en la concientización de los que encabezan las áreas de tecnología en que sus funciones ahora son más estratégicas que operativas. Es necesario saber quién es tu cliente (del negocio y de sistemas), qué quiere y qué necesita (son dos cosas distintas).

Puede ser muy atractivo entrar en proyectos de Inteligencia Artificial con Big Data para establecer interfases con el público objetivo, pero si el problema es que Logística no cuenta con las herramientas que necesita pero que son más tradicionales (por lo tanto menos desafiantes), de nada nos servirá la tecnología de punta en el front-end.

La Tecnología sólo por la Tecnología, en un negocio no sirve para nada.

3. Cuida a tu equipo

Todo lo que se realiza es a través de otros, que forman parte, permanente o temporal, del equipo de trabajo. El equipo debe poder saber exactamente qué es lo que se espera de cada uno de ellos y hay que dejar que hagan lo que saben hacer. Lo que debemos siempre tener presente en este punto, es que si ya llevamos un tiempo trabajando en un sector, el equipo que tenemos es el que uno ha formado y decidido que nos colaboren, así que si no podemos tener confianza en lo que harán, el problema no reside en ellos sino en quien los eligió.

Pero también hay que estar atento a sus motivaciones y necesidades, si bien no se pueden satisfacer todas al mismo tiempos, he constatado que el saber que pueden tener logros personales a través del trabajo colaborativo o en equipo, los mantiene permanentemente queriendo demostrar lo que pueden lograr.

Así mismo, hay que ser agradecidos. El equipo son nuestras manos y hay que constantemente estar reconociéndolo. El pensamiento de “Sólo hacen su trabajo por el que se les paga” es el peor veneno que puede haber para lograr las sinergias que harán que el área de Sistemas sea un verdadero aporte para el negocio y no solamente unos cargadores de equipos.


Independientemente de donde haya estado, he intentado respetar estas tres directrices y ha funcionado en mayor o menor medida, me lo he ido encontrando de a poco en el camino y han pasado a formar parte de lo que hago cada día.

Eso si, los detalles y el “peso” que se le da a cada una en determinado momento depende del ambiente en que uno se encuentre, la cultura puntual de la organización y de la “intuición” de cada uno de nosotros, ahí es dónde hay que encontrar el equilibrio adecuado, y como cada vez es diferente sólo queda hacer las cosas a la manera de cada cual. En mi caso: A mi manera.

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